Las primeras victorias rusas

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Las primeras victorias rusas

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MIENTRAS LOS ALEMANES SE preparaban para cargar contra las fuerzas del zar en Prusia oriental, las tropas austrohúngaras, bajo el mando del jefe del Estado Mayor Franz Conrad von Hótzendorf, lanzaron una ambiciosa ofensiva a lo largo de 320 kilómetros en la zona de Galitzia.

El plan, puesto en práctica el 24 de agosto de 1914, era eliminar los cuatro ejércitos rusos bajo el mando del general Nikolai Ivanov, cuya base de operaciones estaba situada al suroeste de los pantanos del río Pripiat.

El primer enfrentamiento, en la batalla de Krasnik, favoreció a los austríacos, pero según fueron pasando los días se sucedieron pequeñas victorias en uno y otro bando: en la batalla de Zamosk-Komarow, los austríacos consiguieron rechazar a los rusos, pero en la batalla de Gnila Lipa son las tropas de Ivanov las que consiguen hacer retroceder al ejército de los Habsburgo, obligándole a retirarse hasta Lemberg.

La victoria alemana sobre Tarnow dio inicio al retroceso del ejército ruso.

La balanza se inclinó a favor de los rusos durante las primeras semanas de septiembre de 1914, cuando su V Ejército consiguió romper las defensas y penetrar entre el I y IV Ejércitos austrohúngaros en la batalla de Rava Ruska. El éxito de la ofensiva rusa obligó a los austríacos a retroceder 160 kilómetros y a abandonar Lemberg, su base más importante, y también prácticamente toda la Galitzia que, excepto la fortaleza de Przemysl, quedó entonces bajo control de las tropas del zar.

Esta derrota de los austríacos (que sufrieron la pérdida de más de 350.000 soldados) dejó claro a los alemanes que podían confiar muy poco en los ejércitos austríacos, pues no estaban preparados para afrontar una guerra moderna.

Para reforzar el frente en Galitzia, y aprovechando su victoria contra los rusos en Prusia oriental, Hindenburg y Ludendorff decidieron enviar por tren un importante número de tropas que les permitió crear un nuevo IX Ejército alemán en las cercanías de Cracovia.

El ayuntamiento de la ciudad, en la actual Polonia.

Los refuerzos alemanes resultaron un apoyo vital para el frente de Galitzia, pues gracias a su intervención consiguieron mantener en jaque a los ejércitos del zar, aunque sin grandes avances destacables por parte de ningún bando.

En febrero de 1915, siguiendo el plan para retomar Galitzia, las tropas austrohúñgaras conquistaron Czernowitz, pero fue el único avance destacado en el frente. El general Von Linsigen no consiguió alcanzar Lemberg, y el general Von Bojna no pudo liberar la guarnición austrohúngara sitiada de Przemysl, que acabó rindiéndose a los rusos el 22 de marzo de 1915.

Los primeros éxitos de los rusos en el frente oriental alcanzaron su fin el 1 de mayo de 1916, con el inicio del ataque alemán sobre Tarnow y Gorlice, el principio de una serie de ofensivas que hicieron retroceder al ejército ruso.

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