La guerra de trincheras en la I guerra mundial

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Una guerra de trincheras en la primera guerra mundial.

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La Primera Guerra Mundial se inició el 28 de julio de 1914, pero el objetivo de las Potencias Centrales (principalmente Alemania, el brazo fuerte de la alianza) era llevar a cabo una contienda que se decidiese de forma rápida, pues una guerra de larga duración solo beneficiaría a los intereses de los Aliados, que poseían el control de las rutas comerciales marítimas y, con ello, una fuente inagotable de recursos y provisiones.

Pero el plan de aplastar a Francia con un rápido movimiento envolvente fracasó en la primera batalla del Mame. Tras esta contienda los ejércitos enfrentados se parapetaron tras trincheras defensivas. La guerra de movimientos se convirtió, en solo un mes, en una guerra de trincheras a lo largo de todo el frente occidental.

En el frente oriental, las primeras ofensivas rusas, que consiguieron penetrar en territorio prusiano, fueron rápidamente repelidas por los generales alemanes Hindenburg y Ludendorff, que a partir de entonces serán considerados unos héroes nacionales.

El ataque coordinado de los Aliados en el Somme francés (la batalla más mortífera de toda la guerra) y en la Galitzia ucraniana comportó un nulo avance en el frente occidental, pero una importante victoria en el oriental, pues el general ruso Brusilov consiguió romper las fuerzas austroalemanas apostadas en la zona.

No obstante, ninguna batalla consiguió ser decisiva, con lo que el conflicto se vio condenado a dilatarse hasta que alguno de los dos bandos consiguiese desgastar completamente a su enemigo.

EL PLAN SCHLIEFFEN Y LA GUERRA DE MOVIMIENTOS

Para el éxito del plan Schlieffen era necesario utilizar artillería pesada móvil. En la imagen, soldados alemanes intentan mover un arma de asedio en el frente de Lieja.

QUE ALEMANIA HACÍA TIEMPO QUE se estaba preparando para la guerra lo atestiguan tanto su gran carrera armamentística de los últimos años, como el hecho de que ya en 1905 tuviera un plan de ataque contra Francia y Rusia, el plan Schlieffen.

Obra del mariscal de campo prusiano Alfred von Schlieffen durante su labor de dirigente del Estado Mayor alemán, fue diseñado pensando que Alemania debería afrontar una guerra en dos frentes separados, al este contra Rusia, y al oeste contra Francia.

Basándose en la gran batalla de Cannas, donde el general cartaginés Aníbal derrotó al ejército romano, superior en número, gracias a una rápida maniobra de envolvimiento, Schlieffen creyó que un ejército moderno también podría ser derrotado si sufría un ataque masivo sobre uno de sus flancos, mientras se intentaba mantener el otro frente bajo control.

De este modo, se eligió a Francia como el primer país al que atacar de forma contundente para doblegarlo rápidamente y poder destinar luego la mayoría de las divisiones al frente ruso, pues se suponía que una vez iniciada la guerra las tropas del zar, menos poderosas y peor organizadas, tardarían mucho más tiempo en movilizarse.

El primer mes de guerra

Cuando Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, Alemania se sumó, tal como había prometido a los Habsburgo, rápidamente a la contienda y puso en práctica el plan establecido. Sin embargo, el encargado de llevarlo a cabo, Helmuth von Moltke (el sucesor de Schlieffen), respetó parte del espíritu original de la estrategia que seguir, pero se vio obligado a modificar parte de la letra.

De este modo inició la maniobra de envolvimiento penetrando en territorio belga, cuya resistencia se vio quebrada ya el 17 de agosto, gracias sobre todo al gran poder de la artillería pesada móvil del ejército alemán.

La rapidez era un factor determinante en la consecución de la victoria, pues Alemania sabía que una guerra larga favorecería los intereses de sus enemigos. Durante el primer mes de guerra se demostró la exactitud de los cálculos alemanes, ya que la cuña que introdujo Moltke en Francia separó las fuerzas inglesas y francesas en el suroeste de Bélgica y le permitió penetrar hasta Senlis (2 de septiembre), a 25 kilómetros de París.

Pero entonces, debido a que los rusos se organizaron mucho antes de lo previsto, Moltke tuvo que sacar algunas divisiones del frente occidental para enviarlas al oriental, y cambiar su estrategia de envolvimiento por un ataque directo sobre París.

La carencia de fuerzas terminó provocando un punto débil en el frente alemán cerca del río Marne, que el general Joffre (comandante en jefe del ejército francés), consciente de que la premura del avance germano debía de haber creado una fisura un algún punto, supo descubrir acertadamente. El 5 de septiembre de 1914 comenzaba la primera batalla del Marne

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