Hindenburg, el “vencedor de Tannenberg

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Hindenburg, el “vencedor de Tannenberg

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EN el otro extremo de Europa, en el frente oriental, los rusos se habían movilizado mucho más rápido de lo que había previsto el Alto Mando alemán.

El zar Nicolás II, presionado por distintas fuerzas en el seno de su Imperio (básicamente por los nacionalistas paneslavistas, preocupados por la situación de Serbia, y por la burguesía liberal, con importantes vínculos con Francia), decidió organizar dos grupos de ejércitos totalmente separados bajo el mando nominal de su tío el gran duque Nicolás: uno combatiría en Polonia y Prusia oriental contra los alemanes, y el otro lo haría en el sur, en la zona de Galitzia, contra Austria-Hungría.

A mediados de agosto de 1914 el I y el II Ejército ruso cruzaron la frontera con Prusia oriental e infligieron una primera derrota a la escasa defensa alemana (cuya carencia de tropas era debida a su movilización en Francia).

El general Von Prittwitz, al mando del único ejército alemán (el VIII) que defendía esta frontera, ordenó retirarse hacia el interior hasta el río Vístula. La maniobra supuso un gran golpe para el orgullo germano, lo que significó que Prittwitz fuera relevado por los generales Paul von Hindenburg y Erich Ludendoríf.

A pesar de la victoria inicial en su ofensiva contra la Prusia oriental, el I Ejército ruso, comandado por el general Rennenkamp, no pudo mantenerse en contacto con el II Ejército, dirigido por el general Samsonov.

Hindenburg aprovechó la ocasión para destinar el grueso de su VIII Ejército para luchar contra el aislado Samsonov cerca de Tannenberg, mientras dejaba una parte de la caballería para frenar a Rennenkamp.

La ofensiva de Tannenberg se inició el 26 de agosto de 1914 y terminó tres días después con un balance de 50.000 rusos muertos y 90.000 prisioneros.

Soldados rusos capturados en Tannenberg camino de un campo de concentración.

Con el II Ejército ruso aniquilado, Hindenburg, que entretanto había recibido importantes refuerzos (en gran parte movilizados desde el frente occidental), se dirigió entonces contra el I Ejército de Rennenkamp, al que consiguió expulsar de tierras prusianas el 13 de septiembre.

El gran éxito de Tannenberg y la siguiente expulsión de los rusos de territorio prusiano encumbraron las figuras de sus generales casi a la categoría de dioses. De entre los secretos de su victoria se cuenta la rápida movilización de las tropas alemanas a través del ferrocarril, lo que permitió que un solo ejército alemán presentara batalla frente a los dos ejércitos rusos.

La batalla de Tannenberg supuso una gran inyección de moral para las tropas germanas, pero en el desarrollo de la guerra no resultó ser un encuentro fundamental, y no solo porque en los Lagos Masurios los alemanes perdieran 100.000 hombres, sino básicamente porque el frente ruso pudo replegarse y ofrecer nueva resistencia en su territorio.

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